El reto de acceder a la universidad en Guayaquil: Una mirada al futuro de nuestros jóvenes

En Guayaquil, miles de jóvenes concluyen el bachillerato cada año con un sueño en común: continuar sus estudios universitarios. Sin embargo, para muchos, el obstáculo económico es insalvable. El acceso a la educación superior, más allá de ser un derecho, se ha convertido en un privilegio reservado para quienes tienen los medios para costearlo.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), solo el 29% de los jóvenes en situación de pobreza accede a la educación superior en Ecuador. Factores como el costo del transporte, los materiales de estudio, la alimentación y la conectividad se suman a las matrículas y aranceles, alejando cada vez más la posibilidad de estudiar una carrera.

Esta realidad obliga a muchos jóvenes a abandonar sus sueños o conformarse con empleos informales de baja remuneración. El impacto es profundo: no solo a nivel individual, sino también familiar y comunitario.

En este contexto nace nuestra fundación: como una respuesta concreta y local a una necesidad urgente. Creemos que el talento existe en todos los rincones de la ciudad, pero las oportunidades no. Nuestra misión es clara: que el talento no se pierda por falta de recursos.

Porque cada joven que logra acceder a la universidad no solo transforma su vida, sino también la de su entorno. Y en ese cambio, todos ganamos.